La calidad del aire interior (IAQ, por sus siglas en inglés) se refiere a la calidad del aire dentro de edificaciones y su impacto en la salud y el bienestar de las personas.

Salud Respiratoria: Mejorar la calidad del aire interior puede reducir la exposición a partículas, alérgenos y contaminantes, lo que ayuda a prevenir problemas respiratorios como el asma, las alergias y otras enfermedades pulmonares.

Bienestar General: Un ambiente interior más saludable contribuye al bienestar general de las personas, mejorando su calidad de vida y rendimiento diario. La buena IAQ está asociada con niveles más bajos de estrés y mayor comodidad.

Productividad: Ambientes con una buena calidad del aire pueden mejorar la productividad y concentración. La exposición a contaminantes del aire puede afectar la función cognitiva, y un ambiente limpio y saludable promueve un rendimiento más óptimo.

Prevención de Enfermedades: La buena calidad del aire puede ayudar a prevenir enfermedades transmitidas por el aire, como resfriados y gripes, al reducir la presencia de patógenos en el ambiente.

Sostenibilidad Ambiental: La mejora de la calidad del aire interior a menudo implica la reducción de emisiones contaminantes y el uso de materiales y sistemas más sostenibles, contribuyendo así a la sostenibilidad ambiental.